En este blog me gustaría contar mi experiencia con la rosácea desde que me la diagnosticaron hace alrededor de 4 años hasta hoy día que sigo con un tratamiento, el cual me esta funcionando,mejorando notablemente el aspecto de mi rostro.
Yo siempre había sido una chica con la piel bastante sensible, pero al entrar en la pubertad, al aclararse el color de mi piel comencé a notar como me empezaban a salir unos granitos que yo asociaba a la adolescencia, estando totalmente segura de que tras pasarla dichos granitos desaparecían, mientras tanto me ocupaba de extirpármelos con los dedos sin saber el error tan grande que estaba cometiendo en mi cara. Cumplí los 18 años y vi como esos granitos irritantes seguían en mi cara junto con un color bastante rosado, el cual disimulaba con bastante maquillaje (otro gran error), observaba el acné en el rostro de otros jóvenes y veía que no era como el mio sobretodo porque a mi me escocia literalmente la cara; tras hablarlo con mi médico de cabecera éste me mando a la dermatóloga, la cual tras una exploración me diagnosticó que tenía Rosácea (en ese momento me quede un poco bloqueada, puesto que jamas había escuchado dicha palabra), la dermatóloga me explicó un poco por encima que era la enfermedad y me recetó una pastilla y una pomada (Metronidazol de forma oral y en crema).
Al llegar a casa me dió curiosidad y decidí informarme en Internet sobre la Rosácea, la cual me la definían así en Wikipedia "La rosácea es una enfermedad común y crónica que se caracteriza por un enrojecimiento en la parte central de la cara con exacerbaciones y remisiones periódicas. Cuando la rosácea progresa, pueden desarrollarse otros signos y síntomas tales como eritema semi-permanente, telangiectasias, pápulas, pústulas, enrojecimiento ocular, quemazón, ardor y picazón. En algunos casos, se produce el engrosamiento de la piel, especialmente notorio y característico cuando afecta a la nariz (rinofima)." Al leer la palabra "crónica" no me lo podía creer así que decidí buscar en otras páginas donde encontré casi lo mismo, mi ánimo y mi autoestima cada vez estaban peor, saber que siempre iba a tener la cara roja y con granitos quizás no era de las mejores noticias, por lo que en un momento de bajón decidí no seguir con el tratamiento, solo me echaba el gel de Metrodinazol cuando veía que mi cara empeoraba y me resultaba ser peor el remedio que la enfermedad puesto que me daba el brote más fuerte teniéndome que aplicar corticoides que sin saberlo me estaban quemando la cara.
Mis ánimos por los suelos, ya se me quitaron hasta las ganas de salir a la calle y si lo hacía me tenía que echar abundante maquillaje aún sabiendo que tenia alcohol, el cual es de los mayores enemigos para combatir la Rosacéa, pero ya me daba igual de todo, creía que siempre iba a estar mi cara así y que lo único que lo podría disimular eran los kilos de maquillaje...
En el siguiente post, os contaré el porqué volví a acudir a la dermatóloga y los tratamientos semi eficaces que me mandó y los remedios naturales que me apliqué..
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